Manuel Carlos García, estudiante de Biología Marina de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, trabaja en un estudio para conocer la población del águila pescadora, una especie mundialmente amenazada que habita en ciertas regiones de México y BCS.
De acuerdo con el universitario, esta ave se distribuye a lo largo de la Península de Baja California y en algunas partes de Sonora, Sinaloa y Yucatán.
El interés del trabajo, comenta Carlos García, es conocer el estado de la población y el éxito reproductivo de la especie, pues con estos índices, se puede obtener un panorama claro de la salud de las águilas pescadoras y del ecosistema en el que viven, dado que son sensibles a las variables del sitio en el que se encuentran.
El estudio va en busca de nidos potenciales para monitorearlos mensualmente en distintas zonas al norte del estado como Guerrero Negro y Vizcaíno, y así, medir ciertas variables que revelen el estado de los organismos.
“Los resultados preliminares indican que, hasta el momento, el mayor registro de ejemplares se ha encontrado en tres de las cinco islas que existen en Laguna Ojo de Liebre, es decir, en las Islas Piedra, las Islas Cocha y la Isla Alambres. Sin embargo, el estudio continúa desarrollándose actualmente”.
Carlos García destacó que la investigación se enfoca en la conservación de la especie, pues comenta en entrevista que la mayor parte de los trabajos previos sólo abordan aspectos relacionados con las poblaciones migratorias en México.
“Otro de los objetivos que persigo con mi trabajo, es que la gente conozca la diversidad natural que tenemos en nuestro estado, porque mucha gente desconoce la riqueza natural que alberga BCS. Por ejemplo, en Guerrero Negro, esta águila pescadora anteriormente pasaba desapercibida; y hoy en día es considerada como un símbolo natural del poblado, lo cual es sumamente importante”, dijo para finalizar.
Cabe señalar que la crisis poblacional del águila pescadora, se dio como resultado de la excesiva captura de huevos y la caza indiscriminada que tuvo lugar el siglo pasado en distintas partes del mundo. El uso de pesticidas fue otro de los factores que influyó en la disminución de ejemplares, dado que algunos de los residuos podrían haber llegado al mar y haber contaminado su alimento, lo cual alertó a la comunidad internacional a emprender esfuerzos de conservación.
Actualmente, un estudio en el que participa Manuel Carlos García, alumno de la UABCS, busca generar información en torno al águila pescadora, con objeto de diseñar mecanismos que ayuden a su conservación.
De acuerdo con el universitario, esta ave se distribuye a lo largo de la Península de Baja California y en algunas partes de Sonora, Sinaloa y Yucatán.
El interés del trabajo, comenta Carlos García, es conocer el estado de la población y el éxito reproductivo de la especie, pues con estos índices, se puede obtener un panorama claro de la salud de las águilas pescadoras y del ecosistema en el que viven, dado que son sensibles a las variables del sitio en el que se encuentran.
El estudio va en busca de nidos potenciales para monitorearlos mensualmente en distintas zonas al norte del estado como Guerrero Negro y Vizcaíno, y así, medir ciertas variables que revelen el estado de los organismos.
“Los resultados preliminares indican que, hasta el momento, el mayor registro de ejemplares se ha encontrado en tres de las cinco islas que existen en Laguna Ojo de Liebre, es decir, en las Islas Piedra, las Islas Cocha y la Isla Alambres. Sin embargo, el estudio continúa desarrollándose actualmente”.
Carlos García destacó que la investigación se enfoca en la conservación de la especie, pues comenta en entrevista que la mayor parte de los trabajos previos sólo abordan aspectos relacionados con las poblaciones migratorias en México.
“Otro de los objetivos que persigo con mi trabajo, es que la gente conozca la diversidad natural que tenemos en nuestro estado, porque mucha gente desconoce la riqueza natural que alberga BCS. Por ejemplo, en Guerrero Negro, esta águila pescadora anteriormente pasaba desapercibida; y hoy en día es considerada como un símbolo natural del poblado, lo cual es sumamente importante”, dijo para finalizar.
Cabe señalar que la crisis poblacional del águila pescadora, se dio como resultado de la excesiva captura de huevos y la caza indiscriminada que tuvo lugar el siglo pasado en distintas partes del mundo. El uso de pesticidas fue otro de los factores que influyó en la disminución de ejemplares, dado que algunos de los residuos podrían haber llegado al mar y haber contaminado su alimento, lo cual alertó a la comunidad internacional a emprender esfuerzos de conservación.
