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    jueves, 2 de noviembre de 2017

    ¿Por qué nos debe importar la reforma fiscal en Estados Unidos?

    El plan de recortes impositivos que aún están detallando los republicanos tendría impacto en México, sobre todo en cuanto a las tasas que se cobran a las empresas. Aquí te lo explicamos.



    El presidente Donald Trump, apoyado por los legisladores republicanos, tiene el camino libre para anotarse su primer gran triunfo con la aprobación de una reforma fiscal, a la cual se le están puliendo los últimos detalles y se espera que este jueves sea presentada

    En términos generales la propuesta republicana plantearía un recorte a las tasas impositivas individuales para millones de estadounidenses, pero no para los que están en el extremo más alto de la escala. Aunque se mantendría la tasa máxima de 39.6 por ciento, a pesar de que en principio Trump la quería bajar a 35.

    Y para las empresas se plantea reducir la tasa fiscal corporativa a 20 por ciento, desde el 35 por ciento actual.

    ¿Esta reforma podría afectar a México?

    Algunos analistas han señalado que, al menos, presenta riesgos. Básicamente porque el marco fiscal mexicano estaría en desventaja frente al estadounidense, que tendría tasas impositivas más bajas alentando la inversión.

    Estos expertos dicen que muchas inversiones en México o que podrían venir a México preferirían irse a Estados Unidos.

    Sin embargo, hasta que se presente oficialmente la reforma, lo que sería este jueves, no se podrá evaluar un eventual impacto. 

    “Hasta que tengamos el detalle de la propuesta fiscal en cuanto a tasa y base, hasta entonces podremos analizar el impacto efectivo y por tanto evaluar la repercusión que podría tener en las inversiones en México”, escribió en su columna el pasado 25 de octubre el director editorial de El Financiero, Enrique Quintana.

    “Algunos han planteado un escenario casi catastrófico señalando que en la medida que las tasas en Estados Unidos son más bajas, las inversiones que venían a México habrán de migrar hacia nuestro vecino del norte. Ese hecho no está claro aún (…) Tampoco es sustentable la visión de quienes dicen que no habrá implicaciones. No hay elementos para llegar a tal conclusión”, agregó.

    Lo que sí es que la expectativa de que Trump logre aprobar su agresivo plan fiscal ha golpeado al peso mexicano (aunado a los temores por el TLCAN).

    De octubre, cuando comenzó a cobrar fuerza el plan fiscal y se despejaron obstáculos legislativos para que, aún sin el apoyo demócrata, pudiera aprobarse el proyecto, el peso se ha depreciado 5.23 por ciento, al pasar de 18.17 a 19.12 unidades por dólar en el mercado interbancario.

    ¿Y si se aprueba?

    Si Trump logra, como él ha dicho’, darle un “gran regalo de Navidad” a los estadounidenses con recortes impositivos, México podría reaccionar en igual medida.

    Si bien en 2014 el gobierno federal anunció que desde ese año y hasta el 30 de noviembre de 2018 no propondría cambios a la estructura tributaria, también aclaró que esto cambiaría cundo existan “eventos macroeconómicos sustanciales ante los cuales sea imperante realizar ajustes al marco tributario”.

    Expertos consultados por El Financiero esta semana consideraron que si Trump logra bajar las tasas impositivas, esto representaría un cambio muy significativo en el entorno competitivo del país, por lo que el gobierno no puede quedarse estático y debería “abrir” el Acuerdo de Certidumbre Tributaria.

    Mario Correa, economista en Jefe de Scotiabank México, dijo que México tendría que adaptar su marco fiscal y probablemente su política monetaria para hacer frente al entorno de una nueva política fiscal en Estados Unidos.

    “Este Acuerdo de Certidumbre dice que el gobierno no va a iniciar por iniciativa propia un cambio en impuestos pero si el mundo nos cambia, en este caso Estados Unidos, y además se trata de un cambio significativo, tendremos que adaptarnos y no sería prudente tratar de mantener las mismas condiciones cuando el mundo está cambiando”, afirmó Correa.

    Indicó que aunque México tiene poco espacio en las finanzas públicas que dificultarían una nueva estructura fiscal, el país debe reaccionar y también estará obligado a reducir la tasa impositiva de las empresas y buscar fórmulas para compensar esos ingresos, como puede ser reducir el gasto público.

    Fuente: elfinanciero
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