Pues sí, ya comenzó el famosísimo maratónGuadalupe-Reyes, la mayoría de la gente ya está en modo de pachanga, incluso mi hija hoy se levantó diciendo que ya se siente cansada, que ya no quiere ir a la escuela.
El aguinaldo, los bonos extra, las luces, los intercambios y cenas navideñas nos hacen pensar en que las fiestas ya llegaron, ya están aquí, y a muchos ya los perdimos y los volveremos a ver hasta la próxima cuesta de enero, la del 2018.
Y no es que sea amargada, bueno tal vez un poco, no quiero arruinarte las fiestas. Que sí, a mí también me gustan, simplemente me gustaría que no pienses que en diciembre se acaba el mundo, porque nos espera un año electoral, complicado, muy complicado.
Piensa más allá del gasto y la satisfacción inmediata, piensa en ahorrar primero algo de ese aguinaldo que te llegó, o de ese bono. Yo sé que a veces pasamos pagando todo y al final, no nos toca ni un cachito de ese dinero; por eso es más fácil decir gasto ahora, ahorro después, pero de verdad la ecuación es exactamente al revés.
Si de verdad, lo intentaste muchas veces, pero de plano nunca pusiste tus gastos e ingresos en un presupuesto, diciembre es la oportunidad perfecta para hacerlo: ¿por qué si ya se acabó el año, ya para qué? Precisamente porque tienes muchos gastos, es una buena forma de planear.
Sé estratégico, prioriza los intercambios en los que sí te interesa participar, ¿para qué participar en mil, si nunca te gusta lo que te dan? Mejor sólo elije aquellos que te significan algo, y donde el regalo es lo de menos.
También elige tus batallas en las comidas y cenas, primero porque el tránsito no está como para desplazarse muy fácil, y otra porque una gran parte de los ingresos de esta temporada se van en aplicar la de “yo invito”, “yo pago, porque puedo”, o cualquier frase que te haga hablar por la abundancia momentánea que tienes.
Ojalá que no se acabara en diciembre, que esa abundancia durara todo 2018, pero de antemano sabemos que, en enero, incluso antes de que llegue otro sablazo: el Día de Reyes, tu cartera ya estará más triste que tú, cuando se acaban las vacaciones.
Así que tener abundancia durante el siguiente año sólo depende de ti y de las acciones que pongas en marcha para lograrlo, el principio de todo ello se llama ahorro, y no debe estar al final de tus prioridades, sino ser la primera en tu lista, no apliques esa de “ahorro lo que me sobre”, porque sabemos que de antemano no te sobrará nada, al contrario, luego hasta te falta.
Y ya si quieres irte más lejos, pon a trabajar ese aguinaldo, por ejemplo, hasta diciembre de 2018, seguro te llevarás una sorpresa y sé que pensarás en reinvertir lo que llegue nuevamente, antes de pensar en gastarlo a lo loco y no saber ni en qué.
Fuente: economia
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