“Este año tendremos alrededor de 200 showcases de diferentes estilos musicales. La organización decidió hacer anualmente, en vez de bianual, la FIMPro, porque la edición anterior funcionó muy bien y hubo buena retroalimentación de todos los engranajes de la industria musical del país, de América Latina, España y Estados Unidos”, señaló Enrique Blanc, especialista musical e integrante de la organización de la Feria Internacional de la Música Profesional (FIMPro).
Esta feria se inicia mañana y culminará el próximo domingo 28. Expondrá un collage multicultural que va desde el world music, el pop, el rock y la cumbia hasta el hip hop, la electrónica, el reggae y el jazz.
En entrevista con La Jornada, Blanc sostuvo que la FIMPro sí se ha convertido en un punto de contacto entre los profesionales de la música de América Latina y Estados Unidos. Estamos retomando las buenas experiencias anteriores; (sólo) hicimos algunos ajustes. Además, Sergio Arbeláez, quien está en la parte de la logística interna, ha determinado que la FIMPro emigre a más foros para aprovechar los inmuebles que tiene la ciudad. La idea de esta edición es retomar la experiencia exitosa de la edición anterior y matizarla para que los asistentes conozcan diferentes ámbitos de la urbe.
Rendir frutos
Resaltó la importancia de hacer una feria musical con las características de la FIMPro: “Existe un auge de los mercados musicales en el mundo. En los recientes años, en América Latina, se han creado distintos mercados musicales en países como Chile, Venezuela, Colombia y Cuba, por mencionar algunos. En este contexto, FIMPro tiene el mismo modelo y en estos mercados hay una serie de profesionales que se han vinculado para desarrollar un circuito latinoamericano, que empieza a rendir frutos relacionados con el crecimiento de grupos, intercambio entre festivales, en la propia conexión de la industria.
“México es un sitio estratégico, al estar junto a Estados Unidos, que tiene un mercado musical muy desarrollado, desde el mainstream hasta la parte independiente. Entonces, la necesidad de tener un mercado como FIMPro es importante y necesario.”
Agregó que “ante la deprimida industria discográfica, los músicos –que son la materia prima de este nuevo ecosistema musical que vivimos– se enfrentan a una nueva manera de desarrollar sus carreras, en las cuales la autogestión y profesionalización son cruciales en los distintos ámbitos. Los músicos deben entender que tienen que funcionar como una empresa para poder desarrollarse. FIMPro, como los distintos mercados que existen, ofrece la profesionalización en esos ámbitos, para que estos proyectos puedan desarrollarse y contribuyan a la exposición de los mismos. Una tercera cosa que ofrece FIMPro es la complicidad que se genera entre los distintos foros musicales, espacios, festivales y mercados a lo largo de América Latina, a fin de que ciertos grupos que están en desarrollo puedan circular”.
Cinco ediciones
Aseguró que después de cinco ediciones de la feria, tenemos ejemplos de grupos que ya se han desarrollado en la FIMPro, como Troker, que se fue a tocar al festival inglés de Glastonbury; también se han desarrollado otros grupos de corte más independiente, como Leaden y Caloncho. Hay otros extranjeros, como Los Espíritus, de Argentina, que mediante la exposición en los mercados están circulando en América Latina. A FIMPro viene el curador de Rock al Parque, los organizadores de festivales de Brasil y Chile y prácticamente todos los engranajes de la música en nuestro país.
Su participación en la organización de la FIMPro le ha aportado la oportunidad de acercarme a distintos mercados. Ha sido, además de una experiencia de aprendizaje, en mi caso particular, que me concentró en la curaduría musical, en elegir un jurado y trabajar en él. FIMPro creó una plataforma de comunicación con los distintos proyectos musicales de América Latina que quieren participar, que hemos ido perfeccionando.
Explicó que en estos años de participar en la hechura de FIMPro nos hemos dado cuenta de las grandes posibilidades que hay de generar un circuito de intercambio y circulación de propuestas musicales en todo el continente. Por otro lado, como periodista musical también se generó con los colegas de América Latina y se creó la Red de Periodistas Musicales de Iberoamérica, en la cual ya hemos trabajado conjuntamente en distintos proyectos.
Finalizando, Blanc sostuvo: Fue toda una aventura. Lanzamos convocatoria en América Latina para anotarse en nuestra plataforma digital y recibimos 593 inscripciones de 20 países. Elegimos un jurado con mucho conocimiento en el ámbito musical y tendencias contemporáneas.