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    jueves, 6 de abril de 2017

    Honran a Leonora Carrington; hoy, centenario de su natalicio

    Leonora Carrington (1917-2011) en imagen de 2008. Foto cortesía del Centro Cultural Estación Indianilla

    Con frecuencia se recuerda a esta mujer curiosa, valiente y artista comprometida.
    Las actividades incluyen dos exposiciones, una pieza teatral y un panel de especialistas alrededor de su obra

    Leonora Carrington es una artista afortunada. No obstante que esa mujer curiosa y valiente dejó este mundo para conocer otros y emprender nuevas aventuras hace casi seis años –el 25 de mayo de 2011–, constantemente se le recuerda.
    Esa presencia obedece al empeño, la dedicación y los esfuerzos de sus hijos Gabriel y Pablo Weisz, procreados con el fotógrafo húngaro Emerico Chiki Weisz, también refugiado en México a principios de los años 40 del siglo pasado al igual que ella. En esta labor destacan Daniel Weisz Argomedo, nieto de la pintora y escultora surrealista, y Patricia Argomedo, esposa de Gabriel y madre de Daniel.
    El homenaje que hoy comienza por el centenario del nacimiento de Carrington es hasta el momento la actividad más compleja que se ha organizado.
    Sin embargo, la artista siempre está presente en la mente del público especializado. Y no es para menos, pues fue la última de las pintoras que convivieron con la primera generación de surrealistas, además de ser una creadora seria y comprometida.
    Mes y medio antes de fallecer, con motivo de su cumpleaños 94, se le organizó una exposición de 10 esculturas inéditas en el Centro Cultural Estación Indianilla. Una Leonora frágil y distraída asistió aquel sábado 9 de abril al mediodía. Para la mayoría fue la última oportunidad de verla en público.
    Aunque se ha dicho que la artista tuvo la inquietud de lo tridimensional desde tiempo atrás, la realidad es que el promotor cultural Isaac Masri la animó a dar vuelo a su veta escultórica.
    Inimitable, humilde y generosa
    Dos días después de fallecer se rindió a Carrington homenaje en el Palacio de Bellas Artes, pues había recibido el entonces Premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Bellas Artes en 2005. Sus hijos leyeron textos colmados de emociones. Qué difícil será ver cómo desaparecerá tu rostro de la memoria viva, pero qué fortuna recordarte como una presencia que no vamos a perder. Porque si perdemos eso, la sustancia de ese ser tan extraordinario que fuiste, habremos perdido una parte de nuestra capacidad de sentir. La noche cubre los mitos del barro. No olvidaremos lo que nos diste con tu existencia, escribió Gabriel Weisz.
    Pablo dijo: Los que te conocieron, Leonora, sólo conocieron una parte de tu ser extraordinario, inimitable, humilde y generoso. Cada mil años las constelaciones se alinean para dar luz a un ser extraordinario como tú, que viniste y alumbraste con tu luz cegadora y nos dejaste. Contrario a otros, dejaste una marca indeleble para gozo de nosotros los que quedamos. Como madre fuiste tierna, entrañable. Con tu arte dejaste al mundo perplejo y preguntando, ¿qué quiere decir esta imagen? La reconozco en mi ser, pero qué querrá decir.
    Foto
    Leonora Carrington (1917-2011) en imagen de 2008
    Foto cortesía del Centro Cultural Estación Indianilla

    No obstante la figura pública que era Carrington, su familia trató de vivir el duelo en privado. Cumplido el primer año de su partida no se organizó alguna actividad. Sus seres queridos han preferido celebrar su nacimiento y no tanto recordar su muerte. El tiempo, sin embargo, suele consolar y reanimar las almas, entonces era hora de ponerse a trabajar. Además, sus admiradores querían ver su obra.
    A finales de 2012 el Salón de la Plástica Mexicana, con motivo de su 63 aniversario, montó una exposición de las 11 litografías de los diseños que Carrington creó en los años 70 del siglo pasado para el montaje neoyorquino de la obra teatral El Dibbuk.
    Al año siguiente el Fondo de Cultura Económica publicó el libro Leche del sueño; reúne nueve de las historias que la artista contaba a sus hijos cuando eran pequeños. Los relatos se hacen acompañar por sus dibujos; cuatro tienen textos.
    Leonora bien vale una caminata
    La exhibición Leonora Carrington: la surrealista celta, que incluyó 14 obras de la exposición montada en 2013 en el Museo Irlandés de Arte Moderno, en Dublín, fue abierta el 3 de abril de 2014 en la Galería Wendi Norris, en San Francisco, California.
    Para mayo de ese año un ejército de obras en bronce de Carrington tomaron los pasillos del Museo de Arte de Hacienda para ser acariciadas por invidentes, débiles visuales y normovisuales en la sala de percepción táctil Francisco Zúñiga.
    En mayo de 2015 una exposición con obra de la artista de origen inglés se montó en Liverpool por el Año Dual Gran Bretaña-México.
    Hace dos años Pablo Weisz planteó hacer un museo en México con obra de su madre. Mientras, a finales de 2015 Gabriel Weisz anunció la creación de una fundación con el nombre de Carrington, que se lanzó oficialmente el siguiente 4 de febrero. Luego, el 13 de mayo, la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) suscribió un contrato de comodato con Pablo Weisz por una colección de 40 esculturas de Leonora, 34 de las cuales fueron exhibidas en la galería Manuel Felguérez de la rectoría general de esa casa de estudios.
    Hoy la fiesta será en la Biblioteca de México (Tolsá 4, Ciudadela, Centro) y la Galería Metropolitana (Medellín 28, colonia Roma).
    En la primera sede habrá un panel con expertos, se montará una obra de teatro y se abrirá una exposición del archivo de la Carrington. En la segunda será inaugurada una muestra con su obra. Como dijo el curador Rafael Alfonso Pérez: Leonora bien vale una caminata.

    Fuente: Lajornada
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