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    viernes, 2 de febrero de 2018

    Montan versión renovada de la ópera de toilette Las cartas de Frida

    De puño y letra la pintora mexicana más reconocida y mejor cotizada en el mundo del arte emerge por encima el dolor para cantarnos episodios epistolares. Estamos un poco hartos de Frida, de lo que han hecho a esta mujer. Quisimos buscar otra manera de abordarla, dijo la actriz y directora escénica Jesusa Rodríguez al afinar hasta la última coma de Las cartas de Frida.

    Esa obra de Marcela Rodríguez, que el 6 de febrero comenzará temporada en el teatro Helénico, se denomina “ópera de toilette” en alusión al hallazgo de 30 mil objetos y documentos efectuado en 2004 en un compartimento oculto del baño de la Casa Azul, en Coyoacán, hogar de la pintora hoy convertido en museo

    También, en referencia tácita al género ópera de cámara: elementos mínimos.

    Delirante, una vergüenza, así calificó la explotación comercial de una artista tan relevante que aparece ya hasta en las toallas femeninas o en los embutidos, con ojos de caricatura japonesa. Frida a duras penas vendía sus cuadros en 250 dólares y ahora se cotizan en millones. ¿Qué ha pasado con el arte, con estos artistas?, inquirió Jesusa en una presentación con la prensa.

    Como ángel desvalido, senos desnudos, vestida con el corsé que sostenía su lastimada columna, Frida Kahlo desciende a escena para dar a conocer su sufrimiento, pero también su persistencia por la vida, sus ideas políticas, el desdén por los ricachones, sus contactos con artistas como André Breton, Salvador Dalí, Pablo Picasso y, por supuesto, su amado Diego Rivera.

    Enormes telones de papel cubren el escenario, sobre el que se proyectan las letras magnificadas, así como algunos de los famosos lienzos de Kahlo.

    Jesusa agradeció a La Jornada el obsequio de restos de papel periódico que ya no entra a impresión, pues en cada función se usan casi 250 metros, y sirven para recrear la efímera escenografía.

    Hallazgo de epístolas inéditas entre objetos enmohecidos

    Cuando en 2004 finalmente se abrieron las puertas del baño de la recámara de Frida Kahlo en la Casa Azul, donde habitó en Coyoacán, un tesoro salió a la luz después de medio siglo. Entre vestidos y objetos enmohecidos, como restos de morfina o un cepillo aún con cabellos, también fueron halladas cartas inéditas.


    Son 11 escenas las que retoman cartas y diarios personales de Frida transformados en las frases líricas de esta ópera contemporánea de Marcela Rodríguez. Las palabras dictaron la música, afirmó en el teatro la compositora.

    Algunas otras de las misivas en escena fueron publicadas en una recopilación de la crítica de arte Raquel Tibol. La primera carta, de 1925, narra el accidente del camión que cambió dramáticamente la vida de Kahlo durante su juventud, un choque lento, doloroso, y culmina con la última anotación de su diario íntimo poco antes de morir: espero alegre la salida y espero no volver jamás.

    Al representar una vez más a la pintora, Jesusa Rodríguez exaltó ese ejemplo de resistencia a la muerte. Es increíble que con más de 30 de operaciones y dolor constante jamás lo expresa en sus cartas ni se hace víctima de sí misma; en contraste, se dedicó a crear una vasta obra en pintura y escritura, además de defender sus ideales políticos.

    Ya sin una pierna, sobre una silla de ruedas, en escena Frida aparece portando una pancarta para exigir la paz. “El letrero que sale aquí es que el queremos hoy con esta guerra contra el narco y con la estupidez de este gobierno”, sostuvo Jesusa.

    Frida tuvo los dos aspectos: el político, donde resistió hasta el último instante. También eran amantes (ella y Diego) de la cultura prehispánica en un momento en que estaba olvidada. Kahlo enfrentó todo eso con gran valentía y lamentó que hoy vemos a millones de personas sanas que son totalmente indiferentes a la realidad.

    La ópera Las cartas de Frida Kahlo se estrenó en 2013 en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz de la Universidad Nacional Autónoma de México luego se presentó en el Teatro de la Ciudad y en la capital de Oaxaca. Ahora se escenifica en una versión renovada, construida de papel y letras, con actuación especial de Jesusa Rodríguez, quien comparte la dirección con Clarissa Malheiros.

    La actriz es acompañada por la soprano Catalina Pereda, así como los actores Alejandro Camacho M. y Carlos Brown.

    Las funciones de Las cartas de Frida, ópera de toilette, serán martes y miércoles a las 20:30 horas del 6 de febrero al 14 de marzo, en el Centro Cultural Helénico (avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).
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