Son muchos los dispositivos en CES 2018 que utilizan la tecnología para ayudarte a ver mejor. Pero después de probar algunos, sólo logré sentirme peor con mi apariencia.
Los dispositivos con un enfoque en la belleza dejaron una gran ––muy pedicurada-– huella en el espectáculo tecnológico CES de este año en Las Vegas. Por lo general, combinaban una conexión Wi-Fi, cámaras incorporadas, machine learning y una pizca de realidad aumentada para analizar diversos aspectos de tu apariencia ––y hacer recomendaciones sobre los productos que necesitas para verte mejor.
Ahora, las empresas quieren usar la tecnología para juzgarte, hacerte sentir mal contigo misma y venderte productos de belleza.
Al menos, así fue cómo me sentí cuando entré a una suite de lujo que se había transformado en un salón de belleza. Una compañía llamada Henkel Beauty Care me invitó a probar su Schwarzkopf Professional SalonLab, un sistema en el que un dispositivo conectado a Bluetooth analiza tu pelo. El dispositivo envía la información a un app que le da a tu cabello una calificación y una clasificación por su nivel de humectación. Esa aplicación crea un champú personalizado para lo que cree que necesitas, y luego envía esa información a una máquina que hace una muestra de ese champú en el acto.
Muchos dispositivos ya me habían dado su opinión sobre mi apariencia cuando llegué a la suite de Henkel. HiMirror Mini, un espejo conectado a Internet y con Alexa de Amazon incorporado, me dijo que necesitaba ayuda con las ojeras debajo de mis ojos. El escáner de piel Neutrogena Skin360 ––un accesorio para la cámara de tu iPhone que toma fotografías de tus poros––, me dijo que mi piel estaba demasiado seca. Digamos que mi autoestima estaba en su punto más bajo.
Los productos de belleza, incluida la tecnología que vimos en CES, se encuentran en una extraña intersección entre cuidado de tu aspecto y autodestrucción. Eso es lo que hace que ir a las tiendas de belleza como Sephora o Ulta sea una experiencia única: los vendedores encuentran la manera de convencerte de que tienes la tez perfecta, pero sales de la tienda con productos valorados en US$200.
Pero los vendedores en el mostrador de belleza apelan a tu ego, en cambio, los dispositivos de belleza aquí en Las Vegas apelan a tus inseguridades. A la tecnología en el espectáculo tecnológico más grande del mundo no le importa que los días de trabajo de 16 horas me hicieran unas grandes ojeras. No toma en cuenta que el aire de Nevada ha secado mi piel a pesar de las gotas de crema hidratante que utilicé durante toda la semana. La inteligencia artificial me miró fría y duramente, analizó lo que veía y escupió recomendaciones, el contexto sería condenado.
Fuente:cnet